marzo 28, 2024

“Se puede engañar a parte del pueblo

parte del tiempo, pero no se puede engañar

a todo el pueblo todo el tiempo”

Abraham Lincoln

Por Dr. Pedro Gonzáles Castro y

Dr. Rutilo Tomás Rea Becerra

Fue en 2018 que, con una aplastante victoria, López Obrador gana la presidencia de una de las economías más grandes de América latina, dando así un vuelco al sistema político imperante del país y cimbrando en sus entrañas a los grupos oligárquicos. Desde ese momento, la consigna de la 4T fue clara y contundente: acabar con la corrupción, reducir la violencia y abordar la pobreza generalizada.

Es obvio que los grupos neoliberales no se quedarían en la inmovilidad y han estado desde entonces, al asecho constante y utilizando todos los medios a su alcance para mantener el miedo, la injustica y la ignorancia del pueblo como estrategia. Para ello, no solo se han apoyado en sus “contactos” internacionales, también han creado grupos de simpatizantes que estratégicamente se han conformado primero como asociaciones civiles, después como alianzas estratégicas para recuperar sus privilegios.

Aprovechando las “redes sociales”, al estilo de Schopenhauer han procedido a la ofensiva grosera y ultrajante creyendo que las podían capitalizar sin tener consecuencia alguna. Sin embargo, “los de a pie” al estar restringidos del uso de las calles para la lucha, encontramos en el espacio cibernético una nueva trinchera que, al ser propiedad de particulares, no está al margen de la mediatización.

Sobre este particular, recientemente el titular del ejecutivo federal se manifestó en contra de la censura que, Zuckerberg impuso al presidente de E.E. U.U., calificando su actuar como prepotente y arrogante. Al margen de lo que puedan o no opinarse a la ligera, esto no es asunto menor, a la postre representa el poder que empresas particulares tienen para silenciar, censurar y ejercer un poder mediático mundial.

De inmediato, muchas voces se dejaron escuchar. Tanto conservadores como liberales esgrimieron sus razones utilizando, a modo, el constructo “libertad de expresión”. Los oportunistas y alguno que otro desorientado argumentaron que se puede decir lo que sea, al margen de la ética y la moral. Nada más lejano de la objetividad.

Cierto que en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH) y en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) se establece: “Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión, este derecho incluye libertad de mantener opiniones sin interferencia y de buscar, recibir y difundir información e ideas a través de cualquier medio de comunicación e independientemente de las fronteras”.

Sin embargo, esta libertad no es del todo absoluta. Su ejercicio conlleva deberes y responsabilidades y, por tanto, se encuentra sujeta a restricciones relacionadas con los derechos y la reputación de otros, la protección de la seguridad nacional o del orden público, la salud y la moral pública; quizá vaya siendo momento de penalizar la infodemia. En fin.

Como decíamos al inicio, dentro de los propósitos de la 4T se encuentra el acabar con la corrupción, reducir la violencia y abordar la pobreza generalizada. Esto ha dado pie a los neoliberales para darle rumbo a su estrategia: exhibir a costa de lo que sea al nuevo gobierno como corrupto y empático con la violencia, con el único fin de “crearle” desprestigio ante las masas y erigirse con la imagen de absolutos redentores.

Bajo la consigna de “el fin justifica los medios”, la prostitución inherente a varias organizaciones y partidos políticos, así como algunos pseudo periodistas e intelectuales funcionales secundan el llamado de los grupos oligárquicos. Hoy vemos en cartelera al PRI, PAN y PRD bajo la tutela de Claudio X. González y detrás suyo a los testaferros del INE.

Todo ello bajo un ambiente inusual, donde la pandemia ha venido a reconfigurar no solo la vida cotidiana, sino también ha propiciado reacomodos político-económicos tanto a nivel local, como internacional. México enfrenta los comicios más importantes de su historia y ello demanda de la presencia y participación disciplinada de cada uno de nosotros.

Si bien es cierto que al seno de la izquierda se ha ido configurando estructuras que permitan un legítimo proceso de selección de los cargos internos a través de los comités de base de la militancia, estructura primaria que adolece de vedetismos y que por su horizontalidad garantiza la democracia interna. También lo es el hecho de que este proceso no ha madurado y, por tanto, deberán establecerse estrategias coyunturales que permitan la continuidad del proyecto.

Tengamos presente que a “los ciudadanos de a pie” nos une la experiencia histórica y por ello, hoy más que nuca, la consigna para los próximos comicios, indudablemente, será: “poner por encima de los intereses personales, por legítimos que sean, el interés superior, el interés general”. Esto es una revolución y no hay momento para titubear.

1 comentario en «El interés superior, por encima del interés personal»

  1. Completamente de acuerdo en la imperiosa necesidad de dar continuidad al proceso de transformación nacional 👊🏻
    Y con ello, nuestra participación permanente, día tras día plasmando nuestra huella en acciones estratégicas que denoten la trascendencia del Cambio ideológico exponencial en la población mexicana 🇲🇽

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Verificado por MonsterInsights