marzo 28, 2024

Por Sergio Mejía Cano

Allá a mediados de los años 80 del siglo pasado, un ferrocarrilero jubilado les ayudaba en el aseo de las instalaciones a las personas que tenían en concesión el restaurante de la estación ferroviaria, aquí en Tepic, y, por ende, también la sala de espera.

Una tarde-noche, en que el pasaje estaba esperando el tren de pasajeros número 3, que salía hacia el norte a eso de las 18:30 horas, resulta que una pareja de canes comenzaron a dar rienda suelta a sus instintos, debido a que la hembra andaba en celo.

Unas señoras que estaban sentadas más cerca de donde se habían puesto los canes a saciar sus instintos lúbricos, muy escandalizadas comenzaron tratar de espantar a los perros en cuestión, dándoles de bolsazos y hasta con su equipaje de mano los golpeaban a los canes para que dejaran de hacer lo que estaban haciendo. En eso se acerca el jubilado que barría la sala de espera, y con la escoba espanta a los canes no sin antes decirles a las señoras escandalizadas que su acción era por pura envidia.

Y algo similar podría ocurrir cuando una persona le dice a otra que ya no fume, que ya  no tome o que  no haga esto o aquello, pues por lo regular se podría atribuir este reclamo más a la envidia, que por la salud del fumador o tomador, por no atreverse a hacer lo mismo.

Así que ahora con tantas restricciones supuestamente por la salud de la ciudadanía, se han impuesto medidas por demás arbitrarias que en sí, más que por la salud, más bien parecieran que son ocurrencias de quien dicta estas disposiciones con el pretexto de cuidar la salud de la población, aprovechando sus cargos para sacar a flote sus instintos dictatoriales-

Está por ejemplo, cuando se dijo que en los vehículos automotrices nada más tendrían que viajar dos personas, la que iba manejando y el pasajero en el asiento de atrás. Y esto dio pie para que mucha gente se cuestionara esta medida, sobre todo cuando fuera un matrimonio el que tuviera que ir a algún lado y que por esta disposición, la esposa atrás y el esposo manejando o viceversa; algo que se podría cumplir en la calle; sin embargo, a la hora de dormir, pues muchos matrimonios suelen hacerlo en la misma cama, así que en un caso así de no viajar la esposa en el asiento del copiloto, todo lo que se pudo haber evitado de contagio entre ambos, daba al traste a la hora de acostarse. Por lo que nomás faltó que entre las medidas para evitar contagios, también se ordenara, que no sugerir, que en su casa, los ciudadanos tendrían que dormir separados o uno en la cama y el otro en el suelo.

Porque también con eso del confinamiento y no salir de casa, no se tomó en cuenta de que hay casas habitación que nada más cuentan con una sola pieza, y otras que ni patio tienen, por lo que condenaban a sus habitantes a respirar el mismo aire viciado en una sola habitación.

Y luego, para salir con la ley seca dizque también en aras de la salud; y ahora con la salvedad de que al parecer nada más los municipios de Tepic y San Blas son los únicos que tienen que acatar esta disposición de tener prohibida la venta de bebidas alcohólicas los sábados y domingos, hasta nuevo aviso que, al parecer será hasta este próximo día 13 o 14, días en que a la mejor pidió permiso el coronavirus para descansar estos días.

Y esto, porque llama la atención lo dicho por el señor Luis Alonso Tahuahua González, director de Movilidad de Nayarit, en un reportaje hecho por el reportero Fernando Ulloa Pérez y el camarógrafo Misael Ulloa Isiordia, en el portal de internet NNC.MX, de que los fines de semana, se incrementa el consumo de bebidas alcohólicas, y que si bien en Tepic se cierran los depósitos de venta de estas bebidas, mucha gente acude al vecino municipio de Xalisco a surtirse de estas bebidas, por lo que se deberían de implementar operativos para detectar a personas que manejen en estado de ebriedad, porque asegura el señor Tahuahua González, que quien acude a comprar cerveza va en estado de ebriedad.

Así que aquí se podría aplicar el que tal vez el señor Tahuahua habla por experiencia o porque lo tiene plenamente comprobado; sin embargo, no toma en cuenta que no siempre es así, pues no necesariamente quien acude a comprar bebidas alcohólicas por fuerza tiene que andar ebrio, sino porque se las encargaron o apenas va a iniciara su noche o día etílico.

Tal vez a don Luis Alonso Tahuahua, le han dado ganas de hacer lo mismo, pero como su cargo no se lo permite, de ahí que considere que se deben de implementar esos operativos ilegales.

Sea pues. Vale.

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