marzo 28, 2024

Hombre, árbol de imágenes, 

palabras que son flores que 

son frutos que son actos. 

Octavio Paz 

Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez 

México está convertido en el país más violento para ejercer el periodismo ya van cuatro asesinatos y un intento de quitarle la vida a otro comunicador, pero para el gobierno de la 4T son solo cifras y el manejo sensacionalista para golpear a la administración de López Obrador, como si con eso fueran a resolver el problema de la pobreza y sus 12 millones más, la falta de empleo, el estancamiento económico, las muertes por el SARS-CoV-2, amedrentando a los periodistas no será un gobierno exitoso de facto. 

Ya pasó más de una semana del asesinato de Lourdes Maldonado, dos de la muerte de José Luis Gamboa en el puerto de Veracruz, y tres de Margarito Martínez, ocurrido también en Baja California y no hay resultados en las investigaciones. Me cuentan colegas de Tijuana que simplemente las autoridades no avanzan, que el ambiente está enrarecido y creen que se buscará dar carpetazo a las indagatorias, es muy probable que pasen a formar parte del 90% de los casos que no se resuelven. 

Cuando se le cuestionó a López Obrador sobre la sospecha que existe sobre Jaime Bonilla, lo mejor que pudo decir el Pejelagarto es «no hay que hacer juicios sumarios», claro que se le olvida que la periodista estuvo en la mañanera para decir que temía por su vida, luego dijo el tabasqueño que es una campaña de desprestigio y recurrió, como siempre, a su recurso de manipulación sentimental y escarnio contra los periodistas, pero la violencia es algo que sobre pasa al mismo jefe del ejecutivo ya no la pudieron contener y no van a pacificar al país, desafortunadamente la muerte de periodistas por violencia van a seguir ocurriendo. 

El papel del presidente debería ser el cumplimiento de la Constitución y generar las condiciones de seguridad para todos, ahí va la posibilidad de ejercer el periodismo sin temor a perder la vida, pero lo que hace el presidente es convertirse en un sensor, en ese Santo Oficio que tanto critica para decir quiénes son los buenos y quienes los malos, quien habla bien o mal de su gobierno que es de risa loca, cuantas menciones positivas o negativas hay en radio o televisión, que periódicos no lo tratan bien, por eso hasta periodistas que fueron sus simpatizantes, pero que son eso PERIODISTAS, no están de acuerdo con la actitudes tomadas hacia la prensa y claro que condenan la violencia. 

Por ello no es menor la recomendación de Pedro Vaca Villarreal, relator especial para la libertad de expresión de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, primero de que la 4T debe reconocer la «crisis» de violencia que atraviesa el periodismo y suspender el espacio conocido como el «Quién es quién de las mentiras» que mal conduce Ana García Vilchis, es una invitación a la violencia y hasta un ridículo semanal se ahorrarían, pero sobre todo terminar con ese lenguaje agresivo que sale desde las más altas esferas como es Palacio Nacional, esa actitud se replica y como dice Anabel Hernández, López ha convertido en un tiro al blanco a los periodistas. 

El asunto de la inseguridad para ejercer el periodismo es tema de preocupación internacional, ahí están los llamados como el de la directora de Amnistía Internacional que afirma, «En México buscar justicia es peligroso», pero hay sordera para por parte del presidente más humanista que ha tenido este país ¿Cuántos más?… pero mejor ahí la dejamos. 

Entre Palabras 

¿Crisis diplomática con Panamá? ¿Pero qué necesidad? ¿Nadie podría culparlos si también le revocan el beneplácito a Jesusa Rodríguez? 

Escríbeme tus comentarios al correo suartu@gmail.com y sígueme en la cuenta de Instagram en @arturosuarez_. 

Hasta la próxima. 

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