marzo 29, 2024

Por Sergio Mejía Cano

Bernardo Narváez Ávila, Maestro, periodista, escritor, poeta, filósofo y altruista, hizo la presentación de su libro número 48, con el título: “Espiral de la vida”, en donde da referencia de haber sido padrino de la generación 2016-2022, de la escuela Froylán W. González, explicando también que lo de espiral lo seleccionó porque en sí, la vida es una espiral; el ADN es una espiral en sí y hasta una galaxia tiene esta forma.

Estuvieron presentes en este acto su familia, así como amigos y conocidos. Entre sus amigos destacó la presencia del maestro de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN) Leopoldo Mora Iglesias y su amigo desde la infancia, Fernando Campos Dorado, escultor y pintor, a quien precisamente le tocó pintar un mural referente al “Código Boturini”, en donde se plasma el inicio de la peregrinación desde la mítica Aztlán hasta llegar a la antigua México Tenochtitlan. Esto con motivo del eclipse que se pudo observar en nuestro País en julio de 1991; pero que se pudo observar mejor, precisamente de la Isla de Mexcaltitán, en el municipio de Santiago Ixcuintla, Nayarit que, se dice, es la cuna de la mexicanidad por muchas similitudes que tiene esta isla con los códices que señalan la ruta que emprendieron los peregrinos en busca de la tierra prometida. Mural que, infortunadamente fue borrado, ya que fue pintado en una cancha de básquetbol, en una de las escuelas de dicha isla. Sin embargo, tiene el orgullo de que varias de sus esculturas basadas en bronce, aluminio y fibra de vidrio, siguen siendo exhibidas en varias partes del continente europeo, como en España y otros países de por allá, lo mismo que en algunos museos de nuestro país.

El maestro Bernardo Narváez Ávila, comentó que no se pudo negar cuando le ofrecieron ser padrino de graduación de esta generación 2016-2022 de la escuela Froylán W. González, situada en La Cantera, al oriente de la capital nayarita.

Y a propósito del nombre que lleva esta escuela, Narváez Ávila refirió que, siendo él un niño, le tocó conocer al Maestro Froylán W. González, recordándolo como un hombre de tez blanca y de ojos azules, alto de estatura y vestido siempre con zapatos de color negro, pantalón blanco y una guayabera del mismo color; siempre impecable en su persona, comentando a la vez don Bernardo que, no recuerda de dónde llegó el maestro Froylán W. González; sin embargo, lo que sí recuerda que una vez que llegó a Tepic, ya jamás se fue.

Al momento de la graduación de los alumnos egresados este año de 2022, los felicitó e impulsó a seguir adelante, pues gracias al estudio recibido, el deporte y trabajo, seguramente serán hombres y mujeres de bien para engrandecerse ellos mismos, a sus familias y, desde luego, para su entidad y su país, diciéndoles a los alumnos que para él ha sido un honor y un orgullo haber sido padrino de su generación y más, porque sabe que con su empeño en el estudio y preparación, legarán a ser profesionistas, artesanos, políticos quizás; pero bien preparados.

Les dijo además, el Maestro Narváez Ávila a los graduados que apadrinó, que no olviden que el motor de la vida es el amor, que cada uno de ellos es un gigante, a los que la vida los pone a prueba a diario y, si se fijan bien, han vencido; que recuerden cuántas cosas hacen en un día, semana, mes, años y así será durante toda su vida; pero como ahora, se han adaptado y por lo mismo, sobrevivido.

En su libro Espiral de la vida, don Bernardo Narváez, narra la convivencia que ha tenido con su familia, pues casi todos los días andan juntos para todos lados, como ir a la playa, salir a desayunar, a comer, a cenar, acudir al cine, museos, paseos por La Loma o simplemente sentarse en un jardín saboreando una rica nieve, etcétera; pues la compañía de su familia no la cambiaría por nada.

A sus neo ahijados de esta generación, les dijo que para vivir bien mejoren su lenguaje, que no hagan suposiciones, no hablar mal de nadie, no tomar nada personal, hacer lo mejor que puedan siempre y, amar a quien quieran, como quieran, pero amar siempre, pues el amor y la vida son la fuerza de lo supremo, de lo que creó todas las cosas, pues somos luz y amor.

Al Maestro Narváez Ávila le fascina escribir, pues afirma que un libro nace en la imaginación. Es una idea y otras más que van tomando forma a través de la escritura, hasta materializarse y hacerlas realidad. A eso, don Bernardo lo llama amor, lo visible y lo invisible a nuestros ojos, lo que más existe en el universo y es maravilloso, es el amor.

Sea pues. Vale.

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