marzo 28, 2024

Por Socorro «Coco» Valdez Guerrero

¿De verdad alguien creyó se harían el harakiri; que la propuesta era sincera y honesta? Ya escucho a morenos, tricolores, albiazules, amarillos, naranjas, verdes, gato pardos, multicolores, colores acomodaticios y veletas, que gustan de dineros públicos, incluso hasta a aquel que la propuso, hacer una exclamación de ¡uf!, limpiarse la frente. Guiñar, suspirar de alivio y decir en sus adentros, “nos salió bien la simulación pública…” 274 contra 207 en la Cámara de Diputados y ¡Pum! No hay recortes de dineros para partidos políticos, pero qué tal para universidades, atención para niños con cáncer; qué tal para reforzar algunas áreas que requieren de dineros.

Enserio, ¿creyeron que habría harakiri? Vienen elecciones, hay que movilizar, “embarrar manos” operar, jalar adeptos, gastar en difusión y nada eso se puede sin dineros. Y hasta como independiente requieres dinero para movilizarte y ganar adeptos. No hay presupuesto que alcance y menos cuando la población no cree en partidos políticos -70 por ciento o más, tiene nula o poca confianza en organizaciones políticas-. Y eso que el año pasado de prerrogativas tuvieron nueve partidos políticos, seis mil 788 millones de pesos.

Entonces, con crisis de credibilidad agregado, con aquel manipuleo, de “yo y mi partido, soy el bueno, y ellos los corruptos y malos”, entonces necesitan, hasta el bueno, dineros para estrategia, mucha estrategia, que pocas veces es con mera imaginación.

Todo cuesta, y los robots cibernéticos significan un dineral, también las redes sociales y sobre todo el “acarreo”, porque solamente la movilización por fe, la religiosa, fue a mutuo propio y es por convicción -aunque también cuesta a los fieles- pero el otro, el otro, para votar, para ganar adeptos, para mover, ese, ese sí tiene una erogación de millones de pesos, que nadie, nadie en su sano juicio desembolsa de sus propios dineros y menos cuando son producto de jornadas de trabajo real, y no de vivir del erario.

Así que ¡no! Y ¡nunca! Es gratis y sin desembolsar recursos, moverse políticamente y menos cuando alguien se empecina en ser, en llegar y obtener, -pregunten al mesías-, cuánto cuesta mover “conciencias”. Así que cual sorpresa si ni abstenciones hubo, y sí mucha simulación de lo que no iba a suceder. Y finalmente, a pesar de la instrucción presidencial, “¡si se hicieron patos!”, pero tranquilos, eso les dará para no tocar asistencialismo ramplón ni quedar sin “aceite” o gasolina para mover masas.

1 comentario en «HARAKIRI»

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