marzo 28, 2024

>> La causa de los trabajadores, ¿la causa de los dirigentes?

Por Alfredo Padilla

24 horas después de la conmemoración internacional del Día del Trabajo (1 de mayo del presente año), de cara a los consabidos retos actuales del trabajador, la causa sindicalista nayarita se erigió -en el marco de una singular continuidad que buscaría extenderse y conectarse con el día del burócrata del próximo 21 de mayo- como fuente de la tradicional proclama en aras de la reivindicación de los derechos y conquistas laborales por parte de las dirigencias correspondientes, entre las cuales destaca la del Secretario General del Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Estado y Municipios (SUTSEM), Oscar Cedano, quien aprovechó las circunstancias, una vez más, para exaltar con gran énfasis ante la base de agremiados el empeño de su liderazgo, en este caso, por alcanzar un festejo burócrata “austero”, pero significativo, toda vez que, según enfatizó, las condiciones financieras no son favorables ante la respuesta de las autoridades estatales, en específico con lo de la entrega del bono, que hasta ese momento aseguró, no había consenso entre el Secretario General de Gobierno, Juan Echeagaray, y el de finanzas, Julio César López Ruelas: el primero argumentó no tener el recurso, en tanto que el segundo sí; no obstante, que en lo que a él toca, pugnaría, resaltó categórico, por resolver con éxito la trivia en bien de todos los representados.

Llama la atención cómo en esta y, en otras ocasiones, el líder sindical Cedano ha hecho hincapié, a nombre de los trabajadores, en las dimensiones de los retos sorteados como prueba de la eficacia de su desempeño, por ejemplo, en que en determinada coyuntura haya consumado la gestión más difícil, que es acordar beneficios con funcionarios del Gobierno, y después, cual si se tratara de una carrera contra el tiempo para ganar adeptos a un proyecto político, darlo a conocer como sinónimo de capacidad y entrega a favor del bienestar sindical y del pueblo; así, el dirigente ha manejado las diferencias consabidas entre el Gobierno del Estado y los liderazgos sindicales como una persecución política, e incluso ha vertido severas críticas a los medios de comunicación que no dan publicidad a modo, de cada acción emprendida. El ejemplo más claro deriva de la resistencia que han opuesto a la ley de ahorro para el retiro digno de las y los trabajadores al servicio del Estado, que, si bien tiene muchas cosas que mejorar, justo es decirlo, también existen muchas cosas muy buenas que realmente eran necesarias para revertir el impacto del quebranto del fondo actual de pensiones, y eso hay que reconocerlo.

Son «los derechos del trabajador», sostiene el Secretario General del Sutsem, lo que hace plantear pues ante los antecedentes descritos, qué tanto de las causas del propio sindicalizado, es realmente la causa de los líderes, más allá de objetivos de hegemonía y posiciones de poder, y más aún, de lo que en su momento fueron acuerdos de palabra al margen de lo que dicta con puntualidad la ley, y hoy las dificultades para continuar con tales, son más que evidentes. Solo queda esperar que la fuerza sindical fortalezca cada vez más su esencia, y no quede duda de que su razón de ser es la de causa y razón del trabajador.

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