marzo 19, 2024

Por Sergio Mejía Cano
Se dice comúnmente que no hay casualidades; sin embargo, estas se presentan muy a menudo en diversas circunstancias como ahora el caso de la aparición de un supuesto nuevo virus al que se le ha llamado “coronavirus”, y da la casualidad precisamente que su aparición se le da en China, país asiático con el que los Estados Unidos de Norteamérica (EUN) ya tienen tiempo con una guerra comercial.
Así que qué casualidad que sea el país gringo el que haya puesto principalmente la alerta sobre este nuevo virus con otra casualidad: que se presenta cuando el invierno empieza a hacer estragos en este hemisferio occidental que en sí conlleva enfermedades de tipo respiratorio, y el coronavirus sí se podría considerar una novedad aunque ya esté detectado desde hace tiempo, porque según algunos analistas este tipo de enfermedad ya había sido detectada con anterioridad, aunque había pasado prácticamente desconocido en esta parte del mundo en donde ahora se está alarmando por ser aparentemente muy infeccioso y trasmisible de persona a persona con bastante facilidad.
El problema es que con esta información alarmista que ha estado difundiéndose, está haciendo prácticamente algo similar como cuando se corrió el cuento de la influenza H1N1 o algo así allá como por el año 2008 en donde tanto pánico generó que hasta se suspendieron juegos en los estadios, se cerraron los cines y se cancelaron todos los eventos a puerta cerrada dizque para evitar que se esparciera ese letal virus que a final de cuentas resultó ser pura faramalla, una vil cortina de humo posiblemente para desviar la atención sobre otras cosa críticas que estaban pasando en nuestro país como las matazones, infinidad de hechos violentos y desapariciones que estaban sucediendo como secuelas de la declaración de guerra lanzada por el entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa en contra de los supuestos grupos criminales que por cierto, en vez de desaparecer se incrementaron en forma corregida y aumentada.
Y cosa curiosa, es que según se ha documentado que el creador del neoliberalismo de origen británico, señaló que para que este sistema económico funcionara a cabalidad se tendría que estar alarmando a la ciudadanía precisamente para desviar la atención y no sintiera su decaimiento social y económico con la implantación de este sistema; y se dice que fue así como en nuestro país llegó el “chupacabras” y se puso énfasis en el llamado mal de las vacas locas, el ébola, la resurrección del cólera, el sarampión, la degeneración del dengue en chikungunya y zika, etcétera; y además, en incendios forestales, lluvias torrenciales e inundaciones, sequías, terremotos y tsunamis y toda clase de calamidades que desde siempre han existido, pero que ahora con el neoliberalismo encima ayudaban a que la gente estuviera entretenida en otros menesteres y no en la crisis en la que se le estaba sumiendo a propósito.
Por eso nuestro gobierno federal deberá tener la prudencia suficiente para que no se caiga en el pánico de estar siendo víctimas de una pandemia; está bien que se tomen las medidas necesarias, pero por lo mismo, informar de bien a bien a los mexicanos para que no sean presas de la desinformación que generan esta clase de acontecimientos en donde por falta de información veraz, que con los síntomas de una simple gripe o resfriado vayan a creer que ya son víctimas del mentado coronavirus porque también da la casualidad de que al parecer los síntomas son muy similares, por lo que tal vez mucha gente con un simple resfriado llegue a creer que ya le pegó esa enfermedad de la que tanto se está diciendo en los medios informativos.
Desde luego que no hay nada como la prevención, la atención y siempre estar al pendiente de lo que pudiera pasar, y así no caer en la desesperación como aquella vez de la influenza H1N1 en donde primeramente se dijo que era fiebre porcina y después que no, que era fiebre aviar y posteriormente que siempre no, que era un virus y que hasta pululaba en el aire y por lo mismo mucha gente recurrió a los cubre-bocas que según algunos analistas en cierta forma podrían llegar a ser más perjudiciales que benéficos porque no protegen en nada, antes al contrario son más peligrosos porque podrían filtrar las bacterias más nocivas que entran cuando se jala aire con la boca así esté cubierta y no por la nariz que es por donde se debe de respirar siempre porque para eso están los bellos internos de los poros nasales: para detener bacterias y virus de todo tipo.
Sea pues. Vale.

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