marzo 29, 2024

Por Sergio Mejía Cano

Estaba en sus albores la Presidencia de la República encabezada por Vicente Fox Quesada (2000-2006), cuando se empezaron a oír voces disonantes de varios sectores de la sociedad, preguntándose qué era lo que estaba pasando, pues si del PRI se podría decir lo que se quisiera, en cuanto a que sus militantes serían corruptos o muy deshonestos, pero al menos salpicaban o permitían que se desparramaran los residuos de los malos y corruptos manejos –eso se decía-, y para todo mundo había algo; sin embargo, con los panistas ahora en el Poder, estos no dejaban escapar nada, pues todo lo querían acaparar.

Y al parecer sí, pues los panistas corrigieron y aumentaron todas las malas artes que desde la creación del PAN le había criticado al PRI, porque ahora todo eso que le criticaban al otrora partido aplanadora tal vez lo hacían en forma, no de que estuviera mal lo que hacían, sino que trataban de llamarle la atención a los priistas que lo podían hacer mejor. Y vaya que lo demostraron con creces cuando con el advenedizo de Fox Quesada al frente del Poder Ejecutivo, se comenzaron a despachar con la cuchara grande poniendo el ejemplo a los priistas de cómo debieron haberlo hecho a lo largo de los años que estuvieron haciendo y deshaciendo a su antojo los tricolores. Hay analistas que afirman que durante los 12 años que duró el PAN en el Poder, superó en mucho a los casi 70 años que había durado el PRI, en cuanto a saqueos al país.

Es un hecho que, si durante el reinado priista se conocieron muchos chanchullos, y que con Carlos Salinas de Gortari se acrecentaron a más no poder con las privatizaciones de empresas antes consideradas como estratégicas y prioritarias para la Nación, fueron los panistas en el Poder quienes supieron aprovechar mejor todo lo armado por los priistas que fueron los que diseñaron el camino para poder saquear al país sin tener que dar ni rendir cuentas a nadie, más que a ellos mismos.

Pareciera ser que de tantas críticas y señalamientos que les hacían los panistas a los priistas, estos últimos les habrían dicho que ahí estaba la Presidencia de la República para que vieran que no era nada fácil hacer todo lo que les criticaban; así que ahí estaba el Poder Ejecutivo a su disposición a ver qué hacían. Y vaya que hicieron mucho los panistas y hasta con creces que, a los priistas los dejaron con la boca abierta; pero muy atentos a lo que deberían de hacer una vez que se les devolviera la Presidencia de la República en el 2012.

Y si los panistas en el Poder que se les prestó durante 12 años, hicieron y deshicieron a su libre albedrío, el PRI aprendió muy bien la lección, y ya con el títere de Enrique Peña Nieto al frente del Poder Ejecutivo, dieron muestras de haber aprendido muy bien cómo se hacían las cosas en cuanto a corrupción, por lo que ahora sí, a darle que es mole de olla, continuando con las privatizaciones y venta de empresas nacionales, malversando fondos mediante empresas fantasmas y obviamente, con la facturación apócrifa, y por supuesto ayudando a los poderosos amigos empresariales a no tener que pagar contribuciones ni ningún tipo de impuestos; pues ahora hasta se dice que muchas grandes empresas y otras no tan grandes, aparte de estar exentas de no tener que pagar nada a la Hacienda Pública, algunas también no pagaban luz  ni agua y mucho menos predial. En sí, el país en pocas manos.

Desde luego que existe una generación de mexicanos que nacieron y crecieron en un sistema neoliberal , de impunidad y malos manejos del dinero público, que ahora les extraña que se esté cortando todo ese aparato de corrupción, que se les esté privando de lo que antes consideraban como “normal”; no alcanzan a comprender el porqué ya no se permitirá la falsa facturación, la creación de empresas fantasmas cuyos domicilios por lo regular los declaraban en vecindades o en lotes baldíos o en edificios de apartamentos de clase media baja. No conciben estas nuevas generaciones que ya no se permita registrar a sus empleados ante la Secretaría de Hacienda como causantes, para evitar pagar impuestos, etcétera.

Muchos empresarios no alcanzan a comprender que ya no se permitirá que afilien a sus trabajadores con un salario que no concuerda con el que les pagan; aunque en estos casos, algunos trabajadores estaban de acuerdo, permitiendo que se les pagara por fuera más de lo que tenían registrado en el IMSS, pero que se les revertía cuando llegaban a incapacitarse y ver que sus salarios disminuían considerablemente.

Sea pues. Vale.

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