marzo 28, 2024

Por Sergio Mejía Cano

Se tiene entendido y se supone que las leyes al promulgarse no tienen efecto retroactivo, por lo tanto, resulta algo extraño que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ponga tanto énfasis en la revocación de mandato, y para que se le aplique a él mismo en el 2022, siendo que esta ley se promulgó en esta nueva administración federal, por lo que si esta ley no tiene carácter retroactivo, entonces no es aplicable para el actual mandatario, sino para los subsecuentes.

Preguntando a personas versadas en Derecho, coinciden en esto, aunque hubo quien dijera que si bien las leyes recién promulgadas no podrían ser aplicadas retroactivamente, hay una salvedad, pues sí podrían ser retroactivas siempre y cuando sea para beneficiar y no perjudicar ya sea a personas u otros preceptos que se contrapunteen o que su interpretación sea ambigua; aunque en estos casos se le daría la razón a la que coincidiera más con el Estado de Derecho que nos rige.

Y otras de las cosas que precisamente llaman la atención en cuanto a las diversas declaraciones de AMLO, es su marcada insistencia en que se tiene que hacer una consulta ciudadana para ver si la gente quiere que se juzgue a los expresidentes. Obviamente que como todo mundo supone, en caso de darse esta encuesta o consulta pública, la mayoría de los mexicanos va a levantar la mano pidiendo que se juzguen de inmediato, pues es un resultado ya prácticamente preconcebido y sabido, ya que es mucha la rabia en cuanto al daño que le hicieron al país los anteriores presidentes mexicanos, sobre todo con las privatizaciones que, la mayoría de las empresas mexicanas antes consideradas como estratégicas, fueron entregadas, la mayoría, al capital extranjero.

Pero el problema de la confusión respecto a lo dicho por AMLO de que se tiene que reformar el artículo 108 constitucional para que los expresidentes puedan ser juzgados, estriba precisamente en esto: que son expresidentes y no presidentes en funciones, tal y como lo señala el mencionado artículo 108 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que en su segundo párrafo dice que “El Presidente de la República, durante el tiempo que dure su encargo, solo podrá ser acusado por traición a la Patria y delitos graves del orden común”.

Así que aquí no dice nada de expresidentes, únicamente señala al Presidente de la República en funciones; y si bien la insistencia de AMLO también estriba en que el artículo se reforme para que pueden ser juzgados por cualquier clase de delito y no nada más por traición a la patria y delitos del orden común, en cierta forma ha confundido a más de un mexicano y mexicana al señalar y ser insistente en que a los anteriores presidentes no se les puede juzgar así como así.

Y cómo de que no, pues desde el primer segundo en que dejan su encargo, pasan a ser ciudadanos comunes todos los gobernantes en los tres niveles, federal, estatal y municipal, por lo que desde ese mismo instante en que dejan el encargo conferido por la población, ya pueden ser sancionados por cualquier cosa que se considere delito y hasta por faltas a la moral, en caso de que los pillen orinando en la calle.

Aquí en Tepic, se corrió la voz de que el señor Roberto Sandoval Castañeda tenía un año de gracia, con fuero, después de terminar su mandato como gobernador del estado de Nayarit, cuando se comenzó a tejer la trama sobre infinidad de acusaciones que pesan sobre los hombros de este señor; sin embargo, entendidos en la materia de Derecho, le abrieron los ojos a esa gente que creía a pie juntillas de que Sandoval Castañeda aún contaba con el dichoso fuero político por haber sido gobernador, aclarando que nada de eso tenía ya este señor, sino que desde el mismo instante en que entregó la estafeta a su sucesor, podría ya ser demandado, acusado, señalado; y en su caso, apresado juzgado y sentenciado ya fuera inocente o culpable, según lo determinara la Justicia, tal y como cualquier otro ciudadano de a pie.

Es curioso cómo muchos políticos han aprovechado ese mentado fuero político para hacer tropelía y media sintiéndose amparados por ese fuero que, en realidad, se estableció en la Carta Magna, única y exclusivamente para proteger a los legisladores, después del asesinato del senador chiapaneco Belisario Domínguez. Sin embargo, este fuero ha sido adoptado ya por la mayoría de los políticos, a tal grado de que hasta los regidores lo presumen. Y tan así los ha cegado este fuero, que algunos hasta se dicen que son autoridad.

Sea pues. Vale.

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